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Tener un buen hábito para dormir tiene la capacidad de mejorar tu vida por completo. Por este motivo queremos que fortalezcas este aspecto para que empieces a notar los beneficios de un sueño saludable.

 

El sueño es un proceso primordial que compartimos los seres vivos porque permite la preparación y recuperación de energías. Para nosotros los humanos, se trata de un hábito fundamental. Sin embargo, las dinámicas de nuestra sociedad han alterado su importancia y muchas veces pasa a segundo plano, con la excusa de cumplir las obligaciones laborales, sociales o familiares.

 

Diego Fernando Barona, psicólogo, magíster en Salud Ocupacional explica cuál es la arquitectura del sueño y, a su vez, por qué es necesario el proceso completo de dormir.

 

El experto comenta que los seres humanos, mientras dormimos, recorremos una serie de fases en las que nos detenemos un tiempo antes de pasar a la siguiente. Estas son:

REM o MOR (Movimiento Rápido de los Ojos): donde ocurre la recuperación mental de la atención y de la memoria de corto plazo, así como de las habilidades mentales rápidas.

 

Fase 1 (sueño muy ligero).

 

Fase 2 (sueño).

 

Fase 3 - 4 (sueño profundo): donde ocurre la secreción de la hormona del crecimiento y la recuperación de los tejidos y los órganos.

 

Para que un sueño sea de calidad, debemos hacer el tránsito por todas esas fases y tener tiempo suficiente en cada una de ellas. Cumplir con este ciclo permite combatir la fatiga, que es el producto de cuatro circunstancias básicas: dormir poco, dormir mal, trabajar en horas que se debería estar durmiendo y realizar tareas física y mentalmente demandantes.

Dos hábitos que te ayudarán en tu proceso de adquirir un sueño saludable.

Dormir el tiempo que necesitas: no puede haber calidad del sueño si no hay cantidad. La proporción de sueño que debe tener un adulto está entre 7.5 y 8.5 horas (de allí que lo recomendado sean ocho horas de sueño); los niños, necesitan alrededor de 11 horas; los jóvenes y adolescentes, 10 horas y los bebés, de 13 a 20 horas. Cuando no se cumple este tiempo, tu cerebro lo interpreta como una situación de emergencia y se configura para una situación de supervivencia, donde lo que hará será cuidarse a sí mismo para estar alerta a las situaciones que se presenten y descuida la regeneración de tejidos, la cognición y la memoria. ​

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Dormir bien: es fundamental, además, que duermas en la noche y aproveches la mayor cantidad de horas posibles en este momento. Los humanos somos seres diurnos y nuestro funcionamiento está condicionado a ello. Si tu caso es el de una persona que debe trabajar en la noche, es necesario que tu habitación recree lo mejor posible las condiciones de la noche: ausencia de luz, ruido y temperatura controladas.

 

 

Fuente: ARL SURA

Hábitos de sueño saludable

El estrés y la ansiedad que producen los tiempos de crisis, ayudan a disminuir nuestra calidad de sueño, actividad que es sumamente importante para nuestra salud física y mental. Es importante mantener una rutina para dormir bien, y de esta forma  tener un sueño placentero y reparador. Veamos algunos factores que pueden ayudarte  o dificultarte la conciliación de sueño.

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